No siempre los baños en aguas heladas pueden ser beneficiosas para el organismo, tienes que controlar algunas claves
Llegada esta época del año se popularizan los baños en lagos helados. Y es ahora en Navidad cuando más los vemos en los medios de comunicación. Finlandia parece ser la reina en este tipo de chapuzones ya que en el instante en el que bajan las temperaturas y se hielan las aguas de sus lagos, son muchos los aficionados que corren a hacer un agujero en el hielo para poder sumergirse en sus aguas.
De esta prácticas que se realiza desde hace años parte una teoría sobre los beneficios de agua fría. La crioterapia se ha extendido y tiene partidarios y detractores sobre su práctica. No todos tenemos la posibilidad de acudir a Noruega o Finlandia a disfrutar no solo de los lagos helados sino también de los grandísimos paisajes podemos ver. Por eso con esta técnica podemos sentir el frío en nuestro cuerpo para resolver la fatiga muscular, el estrés, incluso dolores de cabeza o migraña.
Pero para todo hay que tener cuidado y un exceso no solo en la temperatura, sino también el tiempo que estemos sumergidos puede provocar lo que se conoce como lesión por frío no congelante. Para entendernos, cuando salimos de una larga exposición al frío sentimos entumecimiento y ese efecto, en personas que sufren esta lesión, se producen durante años y puede venir derivado de los daños de estos baños pueden causar en los vasos sanguíneos. La cuestión radica en que nunca se sabe cómo de baja tiene que ser la temperatura que aguantemos o cuánto tiempo podremos estar expuestos al baño.
No son todos beneficios con los baños de agua fría
Antes de probar esta terapia debemos mantener una charla con un médico para que nos aconseje si nuestro organismo está preparado para aguantar el frío. En el caso de acudir a la madre naturaleza para que nos proporcione esa sensación en lagos helados, o fríos, tenemos que ir acompañados de alguien durante la inmersión y nunca practicarlo solo. Igualmente tendremos que atender a la marea que haya ese día, las corrientes o cualquier otro supuesto que pueda poner en peligro nuestra vida.
Cuidado igualmente con cortes de digestión y cuestiones relacionadas con nuestro cuerpo en el momento del baño. En ese sentido, tendremos que tener en cuenta que el acceso y la posterior salía no sea nada difícil porque los músculos no actuarán de la misma forma cuando realicemos el baño. Por eso, tenemos que contar con una buena ubicación para poder entrar en calor de forma rápida y que el cuerpo recupera sus constantes. No debemos realizar ninguna acción hasta no tener todos los sentidos plenamente recuperados.
En el momento que sintamos algo en nuestro organismo, como algún tipo de cosquilleo, dolor o punzamiento debemos abandonar rápidamente el baño, ponernos a resguardo y descansar.