El 12 de diciembre se celebró el día mundial de la disfagia, una enfermedad que cada vez afecta a más personas
La disfagia es una patología que engloba muchas enfermedades. Se trata de un síntoma en el que los pacientes sienten dificultad al tragar, eso puede ser debido a diferentes causas que pueden ir desde las orgánicas y que son lesiones o úlceras que provocan una estrechez en el esófago. Pero también se dan muy frecuentemente con trastornos motores, con pacientes, por ejemplo que han tenido un ictus o algún problema neurológico, ya que es muy frecuente que una de las manifestaciones sea dificultad a la hora de tragar.
Se trata de una patología que merma mucho la calidad de vida y que aproximadamente el 4 % de la población padece, siendo un colectivo muy heterogéneo.
Desde el punto de vista digestivo, son pacientes que tienen problemas de reflujos que hacen que el ácido venga para arriba y provoque un daños crónicos. Suelen ser pacientes que tienen problemas con el ácido, pero hay factores de riesgo como el tabaco y el alcohol. La obesidad también es un problema muy importante. Después hay otro grupo de pacientes que lo que tienen es un problema de control neurológico, pacientes que tienen alguna enfermedad degenerativa, tipo Parkinson, o Alzheimer, y que se controle lo pierden, porque la contractilidad del esófago se dificulta.
La disfagia tiene dos tipologías
En los últimos pacientes es complicado tratarla porque son pacientes con enfermedades degenerativas. Hay muchos ensayos clínicos para retrasar los síntomas pero desde luego lo que hay que evitar son los factores de riesgo como el alcohol y el tabaco. También debemos comer con moderación y hacer ejercicio. Una vez que aparece tenemos que controlar la capacidad que tiene cada persona de desglutir. Ya que podemos tener un problema serio de que si no pasa el esófago puede conducirse hacia vías respiratorias, aquí en la prevención sería más importante.
Siempre tenemos la posibilidad de acudir a fármacos para controlar el ácido, por supuesto, tendremos que llevar una vigilancia endoscópica, incluso colocando alguna prótesis que permita vencer esa estrechez y funciona muy bien. Esto sería en cuanto al tratamiento digestivo. Después hay que estudiar bien la motilidad del esófago porque hay fármacos y tácticas para mejorar la movilidad de este órgano. Y es que estamos hablando de que no solo tenemos que tratar esta dificultad al tragar, sino evitar que se vaya por otra vía y provoque incluso neumonías al paciente y problemas de asfixia. Aquí incluso los logopedas tienen un gran papel porque enseñan a los pacientes a tragar y a coordinar la garganta.
El trabajo de los logopedas sería con pacientes que tienen una disfagia alta, serían los rehabilitadores físicos de la disfagia. Enseñarían al paciente a coordinar la garganta y a comer trozos moderados. Durante la pandemia era un síntoma muy frecuente que se daban en pacientes graves, que estaban en UCI, uno de los síntomas más comunes fue la disfagia. El Covid afectaba a la desglución.