Las cerezas son una de las frutas más populares por su sabor dulce y su capacidad para adornar la cúspide de los pasteles. Te contamos sus beneficios
Las cerezas son una de las frutas más populares que existen, aunque su dificultad para ser recogidas en cualquier época del año hace que, en muchas ocasiones, resulte más conveniente sustituirlas por plátanos o naranjas. Sin embargo, aunque no sean las más consumidas, su impacto en el imaginario colectivo ha sido espectacular debido a dos concepciones bien diferenciadas.
La primera es la de los cerezos en flor, uno de los espectáculos más bellos que la naturaleza es capaz de representar. Las hojas de estos árboles se tiñen de un color rosa chicle que nos transmite la sensación de estar caminando entre gigantescos algodones de azúcar. Y, por supuesto, la cereza siempre ha sido el ribete perfecto para esa tarta que está para chuparse los dedos. Hoy te contamos sus principales beneficios.
En primer lugar, las cerezas, como muchas otras frutas, tienen una importante cantidad de antioxidantes, ideales para los deportistas por su capacidad de regeneración del tejido muscular y su fortalecimiento del sistema óseo, evitando así desgarros, lesiones, fracturas y otras molestias fruto de los impactos.
Además, estaos mismos antioxidantes son los que hacen a las cerezas un aliado perfecto contra el envejecimiento. El consumo de cerezas retrasa los signos de la edad como las canas y las arrugas. La vitamina A y la vitamina C, ambas presentes en su composición también permiten mantener la tersura de la piel, que se estirará y no colgará de forma flácida. De ahí que muchas de las cremas antiedad empleadas por marcas especializadas contengan trazos de cereza. Además, su escaso aporte calórico la hace idóneo para ser incluida en dietas de pérdida de peso o de quema de grasa corporal.
Contra el insomnio
Pero, sin duda alguna, si hay algo que sorprende de los de beneficios de las cerezas es que estas son la única fuente natural de melatonina, la hormona necesaria para la regulación de los ritmos circadianos o, lo que es lo mismo, del reloj biológico.
La melatonina es la hormona que ajusta los ciclos día-noche y sueño-vigilia, que nos ayuda a conciliar el sueño cuando oscurece y activa nuestro organismo cuando los primeros rayos del alba hacen acto de presencia. Por tanto, consumir cerezas puede ayudarnos a combatir varios trastornos del sueño como el insomnio.