El tradicional chupito para bajar la comida que se toma después de comer podría no ser tan digestivo como la creencia popular indica.
La creencia popular dice que tomarse un chupito tras haberse pegado un atracón a comer es bueno ya que ayuda a la digestión. Un mito que, aunque largamente extendido, podría no ser cierto.
Los chupitos que nos tomamos después de comer no son digestivos. Así lo asegura Beatriz Robles, especializada en tecnología de los alimentos y profesora de la Universidad Isabel I. «Es un mito absoluto. La ingesta tipo chupito, en la que se consume una cantidad pequeña, altera la motilidad intestinal, lo que favorece el reflujo gastroesofágico e impide al esófago moverse correctamente para devolver el ácido al estómago», explica la profesora que también recuerda que el alcohol irrita la mucosa digestiva. En cambio, Robles sí que reconoce que el consumo de licores nos puede dar una sensación de estar menos llenos al acelerar el vaciamiento gástrico.
De igual forma, Maite Ibañez, del Colegio Oficial de Dietistas-Nutricionistas de la Comunidad Valenciana, indica que no hay evidencia científica que apoye el mito del ‘chupito digestivo’. «No hay ninguna evidencia científica sólida que apoye que las bebidas destiladas tengan un efecto beneficioso en la digestión. De hecho no deja de ser una bebida con alcohol etílico y por ello perjudicial para nuestra salud», enfatiza Ibañez.
Los expertos en la materia niegan cualquier tipo de beneficio de los chupitos para la digestión o para la salud ya que por su naturaleza alcohólica ya es perjudicial para el cuerpo humano. «Las bebidas con alta graduación alcohólica reducen las secreciones gástricas e intestinales, lo que dificulta la digestión”, asegura la profesora Robles.
Así las cosas, parece claro que tomarse un chupito después de haber disfrutado de una buena comida no mejora la digestión aunque nos pueda dar sensación de ello. De igual forma, puede ser reconfortante a otro niveles disfrutar de un chupito en compañía, pero nunca podremos aducir motivos digestivos o de salud para pedirnos un chupito.
En cambio, si realmente queremos ayudar a nuestro cuerpo a realizar la digestión podemos pedir otro tipo de bebidas no alcohólicas que sí mejoran el proceso digestivo. De entre esas bebidas se puede destacar el anís, el poleo, la manzanilla o la menta, ya que poseen procesos activos que favorecen el mejor discurrir de las labores digestivas.
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