Los gatos y las pastillas siempre han sido enemigos irreconciliables. Te mostramos cómo hacerlo de forma correcta para evitar problemas.
Los gatos y las pastillas nunca serán buenos consejeros. Quizá los felinos sitúen los fármacos con forma de cápsula en una lista mental de las cosas que más odian, en la que muy posiblemente el agua ocupe un indiscutible y merecido primer puesto. Sin embargo, al igual que esta última es es necesaria para garantizar su supervivencia y su aseo personal y, por tanto es necesario forzarlos a que las tomen. ¿Cómo hacerlo si siempre oponen resistencia?
Una de las medidas más típicas en este tipo de situaciones consiste en ocultar la medicación dentro de una golosina. Debemos asegurarnos de que se trata de una golosina moldeable que, por ejemplo, pueda partirse por la mitad para albergar en el interior una pastilla. Si, por el contrario, se trata de una mezcla espesa similar al paté, podemos esconderla lo mejor que podamos dentro de la mezcla para que nuestro gato no repare en ella.
Otra buena opción es triturar dicha pastilla y esparcir los restos en el cuenco habitual de comida, sea pescado, pienso o comida especializada. En cualquier caso, conviene consultar con un especialista si las cápsulas escogidas se pueden triturar o, de lo contrario, podríamos correr el riesgo de perder los efectos beneficiosos para la salud de la medicación.
La mayoría de veces, estos métodos dan resultado, pues el hambre voraz del felino hace que engullan la comida o el cuenco de turno sin detenerse a observar lo que oculta dentro. Sin embargo, hay ocasiones en los que nuestras mascotas son mucho más inteligentes de lo que pensamos y no se dejan engañar tan fácilmente como nos gustaría. En ese caso, aquí te enseñamos la forma de administrarle la pastilla manualmente.
La técnica manual
También se puede optar por darle la pastilla a nuestro gato de forma manual. Para poder hacerlo debemos sujetarlo correctamente, presionar ligeramente con el pulgar y el índice sobre los lados de la boca para forzar la apertura e inclinar la cabeza del felino hacia arriba.
A continuación, ya con la boca abierta, debemos colocar la pastilla en la parte posterior de la lengua para evitar que la escupa, masajearemos la garganta para asegurarnos de que la ha ingerido correctamente y, una vez comprobemos que no quedan restos de medicación en la boca, le ofreceremos algo de agua o leche para ayudar a la digestión.