Existe un alimento muy habitual en Japón que presenta un olor parecido al amoníaco y que sirve para estirar la vida y vivir mejor.
Imaginemos esta situación especial. Existe un alimento muy feo que produce un olor desagradable, parecido al amoníaco. Encima es feo de gusto también. Difícil de tragar, al menos que se acostumbre el paladar después de varios intentos. De hecho, como para seguir agregando puntos negativos, este alimento, visualmente, hasta parece estar compuesto por mocos pegados a una semilla. Con toda esta descripción, ¿comerías diariamente este alimento si te ayuda a estirar la vida y vivir con mejor salud? ¿Harías el sacrificio o eres de las personas que prefieren comer rico y, quizá, vivir un poco menos?
Esta situación es real y se da en Japón. Y el alimento tiene nombre y es bastante famoso en el país asiático: se llama natto. Es un plato típico japonés que se consume con frecuencia en la isla. Para que nos demos una mejor idea, el alimento es gelatinoso, y es soja fermentada. De ahí se explica también un poco porque desprende tanto mal olor.
Ahora bien: para los japoneses, el natto es parte de la cultura, ya que lo consume habitualmente un 63% de la población. Para nadie es extraño. Para aquellas personas que no pueden terminar de amigarse con su sabor, se puede combinar también con otros alimentos para mejorar ese gusto tan discutido: el natto se puede comer con arroz o con huevo, por citar dos ejemplos. Un poquito de mezcla para que todo se digiera más rápido.
Las virtudes del natto para mejorar nuestro organismo
Ya remarcamos varios aspectos malos del natto y llegó el momento de destacar lo bueno, que son muchos e importantes. Por empezar, es rico en fibra, grasas insaturadas y hierro. De este modo, al tener buenos nutrientes asociados a la tensión arterial, se reduce el riesgo de sufrir enfermedades como la diabetes.
El natto, con una porción de 50 gramos, presenta los mismos niveles de vitamina K recomendado por el Gobierno de Japón para prevenir la osteoporosis. Por otra parte, es también rico en vitamina B6 y vitamina E; esto permite una ralentización del envejecimiento celular. ¿Hay más? Sí, claro, porque presenta a su vez 18 tipos de aminoácidos, con el magnesio y el calcio incluidos, por supuesto.
Distintos estudios japoneses comprobaron además que un consumo diario de natto puede colaborar a reducir en un 10% el riesgo de muerte por un accidente cerebrovascular (ictus) o por un infarto. Y remarcaron que el alimento podría ayudar también en enfermedades como la aterosclerosis.