Esta época del año es propicia para la aparición de la gripe, el Covid y los resfriados comunes, pero ¿cómo diferenciarlos?
La llegada del invierno, unida a la Navidad, donde las reuniones con amigos y familiares son muy habituales, hacen que se genere el escenario propicio para la aparición y expansión de los virus de la gripe, del Covid así como el resfriado común. Tres problemas respiratorios que tienen una sintomatología muy similar.
Según los datos que se manejan, los virus respiratorios han aumentado su incidencia en la población de España. Su impacto ha crecido en Navidades, contabilizándose ahora cerca de 910 caos por cada 100.000 habitantes. Un crecimiento que se ha visto espoleado, en especial, por el virus de la gripe. Si bien los expertos consideran que es un dato que entra dentro de lo normal, es preciso no relajarse, tomar precauciones y saber a qué virus nos enfrentamos.
Una vez que se tienen los primeros síntomas se debe acudir al médico para que nos diagnostique con certeza qué virus padecemos. Si no es posible, dado que los servicios sanitarios están bastante saturados, se puede ir a una farmacia, donde el profesional farmacéutico nos indicará qué test hacernos para salir de dudas a un precio muy asequible.
¿Cuales son los síntomas de cada virus?
Cada virus tiene unos síntomas específicos, pero lo cierto es que en este caso las similitudes entre ello son muchas. El virus de la gripe se caracteriza por una sintomatología con un dolor muscular intenso, con fiebres altas de entre 38 y 40 grados así como gran mucosidad y congestión nasal.
Por su parte, el Covid se revela con unos síntomas muy similares a la gripe, aunque en este caso se suele perder el olfato o el gusto, mientras que el catarro o el resfriado común suele acarrear tos, dolor de garganta y mucosidad, acompañado todo ello con fiebre muy leve. En este caso no se manifiesta malestar muscular ni dolor de cabeza.
En cualquiera de los casos se recomienda acudir al médico, en especial si pasados tres días la sintomatología permanece. Además, en las personas de riesgo o acompañantes se aconseja el uso de mascarillas, tanto para evitar el contagio de otros como para prevenir el propio. Por último, desde los organismos especializados se hace hincapié en mantener una buena higiene de manos así como ventilar las estancias en las que convivimos.
