Las personas con sobrepeso se ven continuamente estigmatizadas por ello en el día a día: desde el transporte público hasta en la medicina.
Nuestra sociedad no acepta a las personas con obesidad. Es un hecho. Basta con observar los problemas diarios que tienen aquellos que sufren de sobrepeso para darse cuenta de que el mundo en el que vivimos no está hecho para ellos. Ese estigma termina por afectarles de manera íntima y personal.
Comencemos por el principio. La gordofobia podría definirse como el rechazo que sufren las personas obesas por estar gordas. También podría ser el odio y la violencia que sufren estas personas por su condición física. O incluso el miedo a estar gordo. En cualquier caso se identifica por una serie de actitudes y estereotipos hacia la personas que tienen obesidad. Todo esto es un problema ampliamente extendido y visible en la sociedad.
En su día a día las personas gordas se enfrentan a un mundo en el que sus cuerpos no caben o tienen problemas de movilidad. Sirva por ejemplo, el tamaño de las sillas de una oficina o el espacio de los tornos de acceso al metro. Además ‘los gordos’ viven bajo el continuo escrutinio del entorno en el que viven donde se juzga continuamente sus hábitos.
Tampoco nos podemos olvidar de los cánones de belleza y salud que se imponen desde innumerables altavoces. Sólo un tipo de cuerpo es bonito y aceptable. Según se parezca o no el cuerpo de una persona a ese canon será más o menos apreciado por la sociedad. Un patrón que no contempla a los cuerpos grandes ni con volumen, lo que acarrea una presión social por cambiarlo.
Una necesidad generada, la de cambiar el tipo de cuerpo que se tiene para acercarlo lo máximo posible al canon establecido, que a su vez revela otro síntoma de la gordofobia estructural que existe en la sociedad: los gimnasios y los centros deportivos no son aptos en demasiadas ocasiones para las personas con sobre peso.
El ‘sesgo de peso’ otro problema
Por si todo esto fuera poco, las personas con obesidad aún han de sufrir más estigma. Incluso ahí donde todos deberíamos ser iguales como es el ámbito sanitario. En la medicina existe lo que se conoce como ‘sesgo de peso’, que no es más que la constante referencia al tamaño del paciente para justificar o achacar la dolencia que sufre. Incluso si no tiene relación se le aconseja que baje peso.
Una situación que se da demasiado a menudo en la medicina y que acaba por afectar de manera decisiva a la salud de las personas gordas que incluso sienten rechazo a la hora de acudir al médico.
Por último, no podemos olvidar las burlas y comentarios que han de aguantar las personas gordas por su cuerpo. Unas mofas que acaban en muchos casos por llevar a los individuos obesos a alejarse de la sociedad y volverse cada vez más solitarios.
Así pues, la gordofobia existente en la sociedad para ser algo sistémico, más allá de poder reconocerlo como un hecho puntual. Y si no es así, ¿por qué no hay referentes gordo? ¿cuántos personajes con obesidad ocupan lugares dominantes en los medios de masas?