Se pueden conservar comidas sin tener congelador: aprende cómo hacerlo

Acaban las fiestas y las despensas están llenas con aquella cosas que no se han comido. Aprende los trucos y a conservarlas sin congelador.

No todo el mundo tiene un congelador en su casa o no quiere asumir el coste de electricidad que puede suponer tenerlo enchufado todo el día consumiendo energía. Por eso, existen un gran número de técnicas tradicionales y eficaces para conservar los alimentos sin que se pongan malos con el paso de los días.

Tomates cherrys conservados en plástico, una forma típica de conservación.
Tomates cherrys conservados en plástico, una forma típica de conservación. (Fuente: Agencia ANSA)
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Enlatar las frutas, verduras y salsas es una técnica antigua. Consiste en cocinar la comida (hervirlas) de ser el caso de cada alimento y meterla en frascos esterilizados al vacío y completamente sellados. Este proceso previene el crecimiento bacteriano y ayuda a mantener la frescura de los alimentos fresca durante períodos más largos.

Otras formas de conservación

Otra de las técnicas que sirven para mantener mejor los alimentos es la de secar los alimentos. De esta manera, se elimina el agua de los alimentos, se acaba así con la oxidación de los alimentos y, por ende, se previene del crecimiento bacteriano. Se pueden deshidratar al aire, al sol, en secadoras, o en hornos a baja temperatura frutas, verduras hortícolas e incluso carnes. Los alimentos deshidratados pueden ser almacenados en envases herméticos durante meses.

La fermentación se lleva usando desde hace siglos y algunas culturales la tienen como un básico en su gastronomía. De esta manera, se convierte los azúcares en productos como ácido láctico o alcohol preservando así los alimentos y añadiendo un sabor distinto y peculiar. Algunos vegetales como las coles se convierten en chucrut. La fermentación precisa unos ajustes muy concretos de temperatura y tiempo de almacenamiento, pero puede dar nueva vida a los alimentos.

Pescadero conserva un bote de bacalao.
Pescadero conserva un bote de bacalao. (Fuente: Agencia ANSA)
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La más sencilla de todas es la de mantener alimentos en lugares frescos y oscuros es una forma sencilla de prolongar su frescura. Frutas como manzanas y peras pueden ser guardadas dos o tres meses en sótano fresco. Las patatas, cebollas y ajos se conservan muy bien en lugares frescos y secos. Además, el vinagre y la sal han sido utilizados como agentes de conservación. En el Imperio Romano ya lo hacían. Liar vegetales o carnes con vinagre o en salmuera es una vía más para mantenerlos más tiempo y resaltar su sabor.

Estos métodos tradicionales son alternativas efectivas a la refrigeración. La higiene y el seguimiento de procedimientos seguros son la clave para garantizar la frescura y seguridad de los alimentos conservados. ¡Explore estas técnicas y disfrute de alimentos frescos mucho mas tiempo!

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