El diazepam es un fármaco bastante común en esta época, pero los especialistas nos alertan sobre los posibles efectos secundarios.
Quizá hayas oído hablar sobre él, te suene su nombre por casos cercanos o lo consumas en estos momentos de tu vida. El diazepam es un fármaco bastante común en esta época que nos toca vivir. Se utiliza, principalmente, para tratar estados de ansiedad, y la ansiedad es una palabra que tomó más relevancia después de la pandemia que atravesamos durante 2020 y con la explotación de las redes sociales. El diazepam, como todos estos estilos de fármacos, actúa deprimiendo la conducción nerviosa en algunas neuronas. Está considerado la benzodiacepina más efectiva a la hora de pensar un tratamiento contra los espasmos musculares.
Ahora bien: este medicamento, que se suele administrar por vía oral, puede convertirse también en peligroso. Primero, claro está, debe ser recomendado por un médico. Segundo, no se debe abusar de él porque presenta varios efectos secundarios que se deben tener muy en cuenta al momento de iniciar un tratamiento. Aquí, repasaremos los principales puntos negativos a valorar…
¿Qué se debe saber antes de ingerir diazepam?
Si el médico te recomienda y receta diazepam, debes saber que existen posibles efectos secundarios que pueden modificar tu día a día. Atención con estos puntos: no es para que te asustes, pero sí es para tener muy en cuenta.
Entre los posibles efectos secundarios más frecuentes, se remarca principalmente la sedación y somnolencia. Esto, claro está, puede influir en funciones que requieran mucha atención, como puede ser conducir un coche o estar al frente de una maquinaria.
También nos puede dejar la boca seca, algo que derive luego en inconvenientes de higiene dental. Otra posible consecuencia tiene que ver con los cambios de apetito: aumentan o disminuyen, según las personas.
El diazepam genera a veces mareos y aturdimientos, como así también debilidad muscular. Este último punto se nota bastante en aquellas personas que realizan fuertes actividades físicas.
También existen otros efectos secundarios menos frecuentes, pero son también subrayados para tener presentes. Entre ellos, sobresalen tres. El primero tiene que ver con los trastornos respiratorios. El segundo son las alteraciones cognitivas, que se exponen con distintas confusiones y fallas en la memoria. Y el tercero, ya más grave, trata sobre las reacciones emocionales y cambios de humor. Esto quiere decir que la depresión puede crecer con fuerza hasta llegar a tener pensamientos suicidas.