El frío y la humedad provocan que salga en nuestras ventanas la condensación, pero puedes prevenirla de forma muy fácil.
Seguro que más de una vez has visto una serie de pequeñas gotas de agua en la parte interna de las ventanas, que aparecen principalmente en los meses de invierno. Esto es lo que se conoce como condensación. Debemos evitarla a toda costa, porque puede resultar dañina para nuestra salud y para la casa.
Se da en casos en los que existe demasiada humedad en el interior de la vivienda, y no es normal que ocurra. Por ello, para que no salga la temida condensación, vamos a proponerte unos sencillos trucos.
¿Cómo podemos eliminar la condensación de nuestra casa?
Lo primero que debes tener claro es que, por normal general, la condensación no se produce porque las ventanas estén en mal estado. No obstante, sí es cierto que en aquellas demasiado antiguas puede aparecer con mayor facilidad. La aparición de este fenómeno se debe, sobre todo, al exceso de humedad que existe en un hogar. Concretamente, es el cambio de estado, por el cual, el vapor de agua se transforma en líquido en una estancia con una temperatura inferior al punto de rocío, originando pequeñas gotas en los vidrios; de ahí la expresión “las ventanas lloran”. Asimismo, el contraste entre el interior y el exterior fomenta la condensación.
Como se ha mencionado anteriormente, si tienes ventanas antiguas o metálicas, este problema puede aparecer con más frecuencia y, por eso, es recomendable que las cambies y pongas otras de mejor calidad. Por ejemplo, puedes reemplazarlas por unas de doble acristalamiento o cristales de baja emisividad, como el Guardian Sun, que son cristales inteligentes, que aíslan térmicamente el hogar.
Otro consejo es, simplemente, aislar bien las ventanas, reparando los posibles daños, fisuras o grietas que favorecen la condensación. Asimismo, utiliza deshumidificadores o extractores, ya que, gracias a ellos, podrás conseguir que este fenómeno disminuya. Y, por supuesto, ventila la casa todos los días. Muchas veces, la condensación puede salir por una ventilación ineficiente y, con la calefacción, la ducha o el calor de la cocina, se acentúa este proceso. Por eso, es fundamental que tengas tu vivienda ventilada a diario; basta con 10 minutos.
Es muy importante que mantengas una temperatura óptima en casa (en torno a 17 grados), controlando que no haya un exceso de calor que facilite la aparición de este fenómeno. Usa termostatos para regular la temperatura de tu hogar de forma sencilla. Y con estos sencillos trucos, tendrás tus ventanas libres de condensación.