Hay que tener en cuenta que no solo tenemos que preparar y entrenar nuestro cuerpo, también tenemos que entrenar la mente
Por suerte, a la salud mental cada vez se le está mostrando una mayor atención de la que tenía hace algunas décadas. Todavía queda mucho camino por recorrer pero cada vez más los profesionales y expertos están realizando una presión social para que la sociedad se conciencie de las ventajas que tiene para mantener una salud mental estable.
Nosotros por nuestro lado tenemos que estar alerta y tener una capacidad importante para mantener esa salud emocional que al fin y al cabo es la base para que el resto del cuerpo funcione. Es aquí donde la resiliencia cobra una importancia vital, ya que nos hace tener una fortaleza mental a prueba de bombas. Crecer mentalmente es interesante a todos los niveles no solo cuando estemos mal, y la resiliencia ayuda tanto en épocas bajas o cuando estás en tu mejor momento.
Para ello es importante cambiar el prisma con el que vemos las cosas. Cuando tenemos delante un desafío importante no tenemos que observarlo como algo que nos va a frenar, tenemos que mirarlo desde la óptica del aprendizaje y la posibilidad de explorar y adentrar en nuevos campos que nos harán tener un mayor conocimiento.
Tenemos que aprender a entrenar la mente
La realidad y lo que nos pasa en el día a día no podemos cambiarla. En ese sentido tenemos que tener la suficiente capacidad para saber aceptar las cosas que nos van sucediendo, tanto en la vida profesional como con nuestros pequeños en casa o familiares.
De esa vía se desprende también la cantidad de estrés que asumimos. El poder manejarlo nos va a permitir tener una mayor resiliencia y fortalecernos como persona. Aquí hay técnicas como la meditación que pueden ayudarnos. Por tanto, ser positivos, que sería un siguiente paso, es otro de los estados fundamentales para que puedas tener un crecimiento.
La visión que tengamos de nosotros mismo y cómo podemos superar las adversidades en importante. Tener éxito en las tareas que llevemos a cabo supondrá una mejora en nuestra confianza y nos hará más fuerte.
Y todo ello debe ir acompañado de unos buenos hábitos de vida y nutricionales para que la parte física no sea una rémora a la hora de conseguir el objetivo que perseguimos. La conexión entre cuerpo y mente está más que estudiada y es un conjunto que no se puede separar, es indisoluble, tan sólido como una roca. Y sobre todo, si vemos que la situación nos empieza a superar no tenemos que tener miedo a acudir a profesionales que nos ayuden a sentirnos mejor. No es malo pedir ayuda ya que cuando estamos con gripe acudimos a nuestro médico de cabecera, y no lo dejamos pasar.