La creencia popular dice que beber alcohol ayuda a prevenir y combatir la gripe y el resfriado, pero ¿qué dicen los expertos?
Todos hemos oído en alguna ocasión que beber un poco de alcohol nos ayudará a prevenir la gripe o a combatirla si es que ya tenemos síntomas. Una creencia popular que, a pesar de ser tan extendida, podría no ser cierta… a pesar de tener base científica. Un estudio ha puesto luz sobre el asunto.
En un estudio que se ha publicado recientemente en Science Signaling un grupo de investigadores chinos y americanos han puesto luz sobre la creencia que dice que beber alcohol ayuda a combatir la gripe. A pesar de que la ingesta de alcohol activa la enzima ALD H1B1, encargada de activar el sistema inmunitario contra los virus, los investigadores han llegado a la conclusión de que quienes no consumen alcohol tienen una mayor cantidad de dicha enzima que tienes sí lo toman.
El alcohol activa las enzimas que combaten los virus
A pesar de lo expuesto arriba, lo cierto es que la enzima ALD H1B1 también es la encargada de metabolizar el alcohol, por lo que si tomamos alguna bebida alcohólica, estas enzimas comenzarán a funcionar para ‘ingerir’ el alcohol. Dado que sólo funcionan si lo necesitan, el hecho de activarlas por el consumo de alcohol podría ser beneficioso a la hora de combatir otros virus. Un extremo que los expertos no niegan, pero que tampoco afirman.
Así pues, parece que la creencia popular tan largamente extendida tiene una base científica que la apoya. No en vano, ya en la antigüedad se recomendaba beber vino caliente para el resfriado, los romanos tomaban vino de canela para el mismo fin. Incluso hoy en día hay quien al menor síntoma de gripe recurre al alcohol para prevenir.
A falta de conclusiones definitivas a un lado, nos quedamos con las evidencias científicas que a día de hoy se poseen. Las personas que beben alcohol tienen menos enzimas ALD H1B1, que son las encargadas de metabolizar el alcohol y de combatir los virus, pero el alcohol activa dicha enzima, por lo que estaría activa ante la llegada al cuerpo de un agente invasor como puede ser el virus de la gripe o el resfriado común.