La razón por la que tomar un vaso de leche nos ayuda a dormir

A pesar de que durante mucho tiempo se ha considerado un mito, beber un vaso de leche caliente ayuda a conciliar el sueño.

Desde que somos niños nos hemos acostumbrado a tomar un vaso de leche por las noches siguiendo esa creencia popular que aseguraba que nos ayudaba a conciliar el sueño. Aunque otras voces aseguraban que era un mito, la práctica ha seguido más o menos extendida en nuestra sociedad. Y no es un mito. Te explicamos porqué tomar leche caliente después de cenar nos ayuda a dormir.

La razón principal por la que la leche nos ayuda a conciliar el sueño es porque contiene triptófano, es decir, un aminoácido esencial para la creación de las hormonas que intervienen en el sueño y que ayudan al descanso, como pueden ser la melatonina y la serotonina. Esa es la razón principal por la que los productos lácteos facilitan la aparición del sueño. Eso sí, esto no ocurre sólo por las noches sino a cualquier hora del día, aunque su efecto es distinto a causa de la luz. El triptófano, cuando estamos expuestos a la luz, se transforma en serotonina, mientras que cuando estamos a oscuras lo hace en melatonina, lo que nos ayuda a dormir.

Por otro lado, el triptófano que contiene la leche se absorbe mejor si se toma acompañado de hidratos de carbono. Aunque si la cena es contundente, la digestión se volverá más pesada y por ello el descanso se verá afectado.

La rutina ayuda a conciliar el sueño

El ser humano es un hombre de costumbres, de ahí que establecer y seguir rutinas nos ayude a conciliar el sueño. Una de esas rutinas puede ser tomarse un vaso de leche después de cenar, lo que además de ser una fuente de triptófanos, indicará al cuerpo que se acerca la hora de dormir, por lo que nuestro sistema se preparará para ello.

Cabe destacar que existen otros alimentos que tienen triptófano. Así pues, para aquellos que sean intolerantes a la lactosa o que prefieran otros productos, pueden optar por frutas como el plátano o la piña. De igual forma el aguacate, los huevos, la carne, el pescado azul o los frutos secos también contienen ese aminoácido.