La roomba es uno de nuestros mejores aliados en la limpieza de casa pero también puede convertirse en un enemigo temible. Te contamos por qué
La tecnología ha llegado en líneas generales a nuestra vida para hacer de esta y de la rutina que nos ha tocado algo mucho más fácil, accesible y llevadero. Los avances tecnológicos dejaron hacer tiempo de convertirse en sueños inalcanzables para aterrizar con sus pies de acero en el rellano de nuestro portal, para saludar desde el umbral de la puerta de entrada a nuestra casa.
Una de las grandes innovaciones en las tareas del hogar ha sido el advenimiento del robot aspiradora o roomba, una máquina circular que, una vez conectada, se desplaza por el suelo eliminando la suciedad que encuentra a su paso. Si encuentra algún obstáculo en su camino, vuelve por donde ha venido y, si se dispone de un modelo avanzado, incluso puede tratar de buscar una ruta alternativa.
Sin embargo, como suele ser habitual en estos casos, no es oro todo lo que reluce y los robots aspiradoras no constituyen una excepción a una regla que puede aplicarse a cualquier tipo de innovación tecnológica. Y es que nadie negará que la roomba tiene sus ventajas. La máquina no solo identifica las zonas más sucias sino que se demora en ellas hasta que estas quedan relucientes. Además, en muchos casos ni siquiera tendremos que preocuparnos por cargarlos, pues ellos pueden volver por su cuenta a la base de carga en cuanto detectan que tienen niveles de batería bajos.
Además, los robots aspiradora suelen ser de pequeño tamaño, lo que puede hacer que se infiltren por debajo de muchos muebles como el sofá. También pueden programarse, lo que permite que nos despreocupen mientras nuestro amigo electrónico se pasea por la casa desembarazándose de la suciedad y las pelusas hasta la hora que hayamos configurado.
Los inconvenientes
Sin embargo, como decíamos, todo tiene su lado oscuro y la roomba no es una excepción. El primero y más evidente es que suele hacer bastante ruido y, aunque algunos modelos son tan silenciosos como un coche eléctrico, puede llegar a molestar. Aunque para ello tan solo hay que programarlo cuando estemos fuera de casa.
Finalmente, es necesario prestar mucha atención al suelo mojado, que los robots aspiradora no pueden absorber. Si acabamos de fregar es conveniente no encender la roomba hasta que el suelo se haya secado por completo.