Son muchas las personas que tienden a confundir estad dos patologías relacionadas con el ojo, aunque nada tienen que ver
Con el paso de la edad no solo nos van saliendo arrugas en la piel, dejamos de salir a discotecas y la vida nocturna carece de sentido, nos encontramos más cansado y hacer deporte cada día nos cuesta más. El cuerpo se resiente de una u otra manera y poco a poco tenemos que ir dándole más gasolina, en forma de cuidados y alimentación, para que no termine gripando.
En ese sentido, la vista y los ojos no son menos que otros órganos y también sufren desajustes producto de la edad y del funcionamiento que le vamos dando, teniendo en cuenta si nuestro trabajo requiere en mayor o menor medida del uso de la vista.
Uno de los males que van apareciendo es el de la miopía, una patología que se confunde mucho con la que vamos a tratar, la hipermetropía, porque son muchas las personas las que las tienden a confundir. Bien es verdad que guardan algunos parecidos, pero no tienen nada que ver ya que se trata de dos dolencias totalmente diferentes.
La hipermetropía se da cuando la córnea presenta una apariencia muy llana o cuando nuestro ojo es muy corto. Esto hace que los rayos de luz se dirijan por la parte posterior de la retina. El principal mal que se produce es que todo lo que intentemos ver que esté cerca, no podremos alcanzarlo con nitidez, pero, por el contrario, todo aquello que esté mucho más alejado de nosotros podamos captarlo sin ningún tipo de problema.
Para corregir esta patología podemos recurrir a la cirugía refractiva Lasik. Este es una de las cirugías más demandadas ya que es muy económica y tiene un rápido post operatorio. Lo que realiza es un cambio en la curva de la córnea a través del láser, provocando que la imagen se dirija sobre la retina.
También existe el implante de lente intraocular. Esta se utiliza en personas que no han llegado a cumplir los cuarenta años. Se colocan en el ojo gracias a una micro incisión en la córnea, justo tras la pupila y ajustándose entre el iris y el cristalino.
También se puede recurrir al cambio del cristalino claro y colocar un implante de lente intraocular multifocal. Esta sería de colocación permanente y se volvería a tener la visión y el enfoque en cualquier distancia, lo que serviría para prevenir las cataratas y la glaucoma.
Esta enfermedad puede aparecer desde una edad precoz, ya que hay muchos niños que la empiezan a padecer en su infancia.
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