Los saltamontes son uno de los grupos de visitantes que no bajo ningún concepto queremos tener en nuestro jardín. Elimínalos de una vez por todas.
Los saltamontes son una de las plagas menos deseables que puedes recibir en tu jardín. Como todo visitante falto de modales, no llaman educadamente a la puerta ni cuelgan su sombrero en la percha, ni siquiera te estrechan la mano. Al contrario, se abalanzan sobre las flores y las devoran con un hambre voraz que no parece conocer límites.
Y es que si algo caracteriza a estos escurridizos insectos es que su apetito no tiene parangón. Cualquier clase de planta es susceptible de servir de alimento al pozo insondable que encierran en su interior y que llaman estómago. Por tanto, hay que impartir justicia. Y aunque en otras ocasiones bastaría con algo tan rudimentario como un matamoscas, cuando se trata de saltamontes resulta mucho más complicado.
La inmensa fuerza de sus patas traseras les permite brincar a unas distancias envidiables, por lo que no es suficiente con aplastarlos, sino que deben ser capturados con papel de periódico, envueltos en una suerte de prisión provisional para después liberarlos en un entorno lejano al jardín o arrojarlos por el desagüe. Eso ya depende de la crueldad de cada uno.
Aunque la técnica del papel de periódico puede resultar efectiva en determinados contextos, es totalmente inservible en caso de que los visitantes acudan a nuestro hogar en familia, en forma de plaga. Entonces no queda más remedio que tomar medidas drásticas, aunque, al contrario que con otros insectos, debemos ser extremadamente sigilosos a la hora de entrar en acción o, de lo contrario, los saltamontes se alarmarán y escaparán. Cabe tener en cuenta además que son excelentes en el camuflaje, lo que les convierte en prácticamente indetectables en la hierba alta.
El remedio
Aunque se puede prevenir la aparición de otros insectos en el hogar como las cucarachas, esto no se hace extensible a los saltamontes, que aparecen en cualquier circunstancia siempre que el clima sea cálido. Es por eso que no podemos demorarnos un solo instante.
El único remedio viable es la insecticida. Debemos rociar un producto especializado en estos insectos indiscriminadamente sobre aquellas plantas en las que creamos que han podido asentarse y el producto se encargará de hacer el resto. La única forma de mantener nuestro jardín libre de saltamontes y asegurar la seguridad de nuestras flores y plantas.
