La comida italiana y la pasta son sin duda todo un éxito en las cocinas de cualquier lugar, por ello aprenderemos a preparar nuestra propia pasta casera
Los restaurantes que preparan al momento su propia pasta fresca son cada vez mucho más usuales y visitados por gente que busca la mayor calidad posible en sus platos. Y por ello, la elaboración de pasta casera emerge como una opción que va más allá de la simple alimentación. Hacer tu propia pasta no solo te permite personalizar la textura y el sabor. Aquí te presentamos una guía paso a paso para empezar a preparar tu propia pasta casera.
Para empezar a realizarla necesitaremos harina de trigo, huevos frescos, sal y un poco de aceite de oliva. Con tan solo estos cuatro ingredientes podremos aprender a preparar esta pasta, aunque siempre se podrá innovar, en caso de querer preparar pasta rellena tendrás que añadirle el relleno que decidas.
En primer lugar, tendremos que formar una montaña de harina, en un mesón limpio formaremos esta montaña. En el centro, crea un hueco donde romperás los huevos. Este paso da inicio a la magia de la pasta casera.
Rompe los huevos en el hueco y agrega una pizca de sal y una cucharadita de aceite de oliva. Con un tenedor, comienza a batir los huevos mientras incorporas gradualmente la harina. Este proceso lento garantiza una mezcla homogénea.
Una vez listo, tendrás que amasar con energía, cuando la mezcla adquiera consistencia, comienza a amasar con las manos. Este paso no solo desarrolla la estructura de la masa, sino que también permite liberar el aroma característico de la pasta fresca.
Después de amasar durante unos 10-15 minutos, forma una bola con la masa y déjala reposar envuelta en film transparente. Este breve descanso permite que la masa desarrolle su elasticidad. Una vez listo, divide la masa en porciones manejables y estira cada una con un rodillo hasta obtener el grosor deseado. Aquí es donde la creatividad puede brillar: desde fettuccine hasta tagliatelle, elige la forma que más te guste.
Hierve agua en una olla grande con sal y sumerge la pasta fresca. La cocción es rápida, generalmente en unos 2-4 minutos, dependiendo del grosor. La clave es probar la pasta para asegurar la textura ideal.
Una vez cocida, escurre la pasta y sírvela con tu salsa favorita. Desde una clásica bolognesa hasta una sencilla salsa de tomate con albahaca, la elección está en tus manos. Esta parte te permitirá innovar por completo y crear un plato de gran calidad.
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