Colgar un cuadro nunca había sido tan fácil. Sigue esta técnica al pie de la letra y conviértete en un maestro del bricolaje
Toda casa necesita un mantenimiento. Y sí, tenemos muy interiorizado que para cuidar de una casa debemos ser eficientes en las tareas básicas del hogar, como la cocina, la limpieza de habitaciones y baños o el acondicionamiento. Sin embargo, es posible que en uno de estos intentos por hacer de nuestra casa un lugar más acogedor a los invitados que alguna vez traspongan el umbral, es posible que se nos haya pasado por la cabeza la idea de colgar un cuadro. O varios.
Si este es el caso y es la primera vez que te enfrentas a una tarea semejante, seguramente querrás asegurarte de hacerlo bien para no poner en peligro la estructura de la casa o la integridad de algunas de las paredes. Y es que, si la técnica no se ejecuta correctamente, corremos el riesgo de abrir grietas en el tabique o de agrandar un agujero que después resulta muy difícil disimular. En dieta.com te enseñamos a colgar un cuadro paso a paso para que no pierdas detalle del proceso.
Lo primero que debes hacer es realizar una marca con lápiz en el lugar de la pared donde desees que vaya colgado el cuadro. Basta con trazar una X suave. Si se trata de una pared rugosa que cuenta con gotelé, debemos asegurarnos de que el cuadro cuelgue de un punto poco pronunciado o, de lo contrario, el siguiente pasos será mucho más difícil. Este consiste en perforar con ayuda de una broca adecuada el punto señalado previamente e introducir un taco sirviéndonos de un martillo. Debería bastar con un par de golpes secos en el centro del taco, nunca en los laterales o, de lo contrario, se doblará.
La alcayata
Deberemos repetir la operación con la alcayata que seguirá a la introducción del taco, ajustándola para que quede centrada. Al término del proceso, la alcayata debe permanecer firme para que el cuadro pueda ser colgado sin problemas. Si la alcayata se dobla porque uno de nuestros golpes no ha sido certero, entonces tendremos que retirarla y probar con otra.
Finalmente, ya solo resta introducir el cuadro en el hueco que hemos diseñado para él. Una vez colgado de la pared, conviene moverlo alternativamente hasta que encontremos un punto en el que luzca absolutamente recto a ojos de cualquiera.