Mucho se ha demonizado a la testosterona en los últimos tiempos, pero los últimos estudios hablan de su importancia.
La testosterona juega un papel crucial en el buen mantenimiento de la salud y para tener una buena forma física. Como principal hormona sexual masculina, la testosterona no solo está relacionada con características sexuales secundarias sino que también afecta muchos aspectos que tienen una estrecha relación con la salud mental.
Las virtudes que tiene la testosterona son muchas y variadas. Por ello, los últimos estudios científicos señalan su importancia, casi vital, para el bienestar de los hombres, pero también de las mujeres. Desde beneficios evidentes físicos hasta unos mentales que tardan más en empezar.
Desde la menta al cuerpo
La testosterona ayuda a regular el metabolismo y aumenta la quema de grasas nocivas pero incrementando la masa magra. La testosterona debe mantenerse a un nivel satisfactorio para que cualquier atleta pueda rendir al máximo. Por otro lado, influye sobre el sistema de huesos al incrementar la densidad mineral ósea. Esto es esencial para prevenir la osteoporosis y para mantener la fuerza de nuestros huesos. En los últimos tiempos, los departamentos médicos de los equipos deportivos le dan una especial importancia a esta hormona.
La testosterona también influye en el estado psicológico, afectando la motivación, la concentración y el estado de ánimo. Muchas veces, las ‘ganas de comerte el día’ llegan a través de tener un saneado eje hormonal. El adecuado equilibrio de esta hormona puede ayudar a mantener la motivación adecuada para hacer ejercicio lo que nos ayuda a mantenernos en forma.
Caminar en ayunas veinte minutos (preferiblemente al sol), realizar ejercicios de fuerzas cuatro veces por semana, mantener una alimentación equilibrada y baja en carbohidrato, tener una correcta rutina de sueño e intentar reducir el nivel de estrés son algunas de las acciones que recomiendan los médicos para aumentar el nivel de testosterona.
En definitiva, la tan demonizada testosterona es clave para el buen funcionamiento de nuestra mente y nuestro cuerpo. Algunos tachan el exceso de testosterona de una excesiva agresividad. Una agresividad que puede traducirse en ambición.