Las metas requieren de un doble enfoque: la motivación para conseguirlo y la estrategia adecuada para lograrlo
Nuestro día a día está llego de retos y desafíos que debemos afrontar y superar, pero también está lleno de ilusiones las cuales no cumplimos porque no encontramos la motivación o la valentía para ello. No se trata de que se nos pase por la cabeza un objetivo y a lo loco vayamos a por él. Tendremos que poner sobre el papel una estrategia, con pautas asumibles para que logramos llegar a donde queremos.
La confección de un plan adecuado nos permite ir cumpliendo una hoja de ruta en nuestra meta para que no desfallezcamos, para que no perdamos el norte y para que sobre todo no caigamos en la desesperación que supone el fracaso de ver cómo no se cumplen nuestras aspiraciones. Porque todo objetivo requiere unas fases a cumplir, y estas siempre tienen que poderse lograr, tienen que ser realistas.
Por otra parte, las ganas nos deben acompañar en cada uno de los pasos que vayamos dando en nuestro plan. Contemplar el horizonte con un talante positivo es esencial para que podamos disfrutar, ya no solo de alcanzar la meta, sino del camino andado. En ocasiones se olvida que lo que enriquece a la persona en ese logro al que consigue llegar es el proceso que realiza, por tanto no lo debemos dejar de lado.
El comenzar es vital. Aunque parezca una perogrullada, no lo es. Siempre dilatamos el inicio de la empresa que tenemos en mente y lo hacemos con excusas tan banales que si las meditamos bien dan hasta risa. No te engañes a ti mismo y ponte ya con la tarea.
Las metas, tanto a largo plazo como los peldaños que tenemos que subir hacia ellas, tienen que ser accesibles. De nada sirve plantearte cosas que son inalcanzables por las circunstancias que nos rodean. Es por ello que los obnjetivos que te plantees deben conseguirse para no caer en la frustración. Conocer tu realidad es esencial.
Si te caes, te levantas. No hay otra ciencia. Asume que se puede dar el caso en el que te equivoques de camino en el proceso por eso debes darte la oportunidad de fallar. Eso hará que afrontes las cosas liberado y con una mente positiva que es la base de tu actitud.
Para que tu motivación siga crecienndo, todos tus movimientos tienen que tener un porqué. Debes de ser consciente de que cada escalón subido lleva a que tu objetivo esté más cerca, serás más feliz. Plantearse el significado de tus acciones y que tengan un sentido te ayudará a mantener la motivación.
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