La bollería industrial es una bomba para nuestro organismo, pero pocos conocen lo que le hace a nuestro cuerpo cada vez que te comes azúcar.
La irresistible tentación de comer dulces horneados generalmente se traduce en agradables momentos de placer momentáneos, pero los efectos a largo plazo en el cuerpo humano son terribles y una de las principales razones de muchas de las enfermedades cardiovasculares. El consumo excesivo de los productos repletos de azúcares añadidos puede tener consecuencias negativas en la salud y, especialmente, en los más jóvenes de la casa.
En primer lugar, el alto contenido de azúcar en los dulces puede llevar a un aumento de peso. Los azúcares añadidos no sólo son una fuente concentrada de calorías vacías, pero pueden disparar antojos que resultan en un ciclo de consumo excesivo y aumento de peso. Comer por ansiedad. La relación entre el consumo de azúcares y la obesidad ha sido ligada a una serie de problemas de salud, incluyendo la diabetes Tipo 2 y enfermedades cardiovasculares.
Enfermedades de todo tipo
El exceso de azúcar también puede tener un efecto negativo en la salud cardiovascular. El consumo elevado de azúcares añadidos ha sido asociado con niveles elevados de triglicéridos, presión arterial alta y riesgo más alto de enfermedad coronaria. Todos estos factores aumentan el riesgo del desarrollo de enfermedades del corazón, que obviamente pueden tener un gran impacto en la calidad de vida e, incluso, llegar a provocar infartos.
La ingestión de grandes cantidades de azúcar también afecta el sistema metabólico. Si el hígado tiene mucho azúcar para procesar, puede convertir parte de él en grasa, lo que puede llevar al hígado graso con todos los problemas que pueden derivar de él. Además, el constante azúcar añadido puede llevar a la resistencia a la insulina, un precursor de la diabetes tipo 2.
Si el bienestar general no te alarma, podrías pensar en los beneficios de tu sonrisa. El azúcar actúa como alimento para las bacterias en la boca, lo que hace que las bacterias produzcan ácidos que dañan el esmalte y pueden causar caries. Todo ello sin contar que los dientes se amarillean cada vez que se come azúcar.
En última instancia, la deliciosa bollería ultraprocesada puede hacer más daño del que crees. Y sólo tenemos un consejo para que tengas en cuenta: el conocimiento es poder. Con el conocimiento y la moderación, puedes hacer una elección más sabia la próxima vez que estés tentado a saciar tu apetito con esta bomba para el organismo.