Se trata de una patología que hace que nuestra calidad de vida se merme y genere problemas en nuestra visión
Una de las enfermedades menos conocida de la visión es la que sufren más de cinco millones de personas en España. La enfermedad de ojo seco hace que los especialistas tengan sus consultas cargadas de personas que acuden con esta patología. El rango de edad varia sin tener un segmento concreto de la población, ya que a diferencia de lo que se pueda pensar, no solo se da en personas mayores.
El ritmo de vida que vamos acumulando, donde diversos factores confluyen ante nuestra vista, hace que vayan apareciendo cada vez más casos de la enfermedad del ojo seco. El excesivo trato que le damos a los móviles y tablet hace que la población joven vaya aumentando el número de pacientes que acuden al oftalmólogo con esta enfermedad.
También la climatología hace que contribuya el crecimiento de este malestar. En ciudades donde hay una baja humedad hace que crezca el ojo seco. Aunque también la alimentación que llevemos en nuestro día a día como por ejemplo el uso de las pinturas y maquillajes que se empleen pueden incidir también en su aparición. Es peor ello que las mujeres son más proclives a que se genere este mal, también porque en su organismo se encuentran las hormonas que hacen que crezca el ojo seco.
La enfermedad de ojo seco merma la calidad de vida
Las personas que la padecen sienten como la lágrima es de una baja calidad, y trasciende de las molestias que pueda ocasionarle para directamente tener una mala visión. Acciones que produzcan una carga de estrés contribuyen igualmente a una rápida aparición. La explicación reside en el poder inflamatorio que tiene el estrés, y es que el ojo seco se basa principalmente en la inflamación.
Esta enfermedad era conocido anteriormente como síndrome e incluso no tenía el tratamiento adecuado por parte de muchos profesionales y especialistas que le prestaban un caso menor. Los pacientes no eran tratados correctamente e incluso no tenían la comprensión de familiares cuando le relataban lo que les ocurría en su visión, en sus ojos.
Esta patología puede incidir en la calidad de vida de las personas que la padecen e incluso se sitúa a la misma altura que por ejemplo la psoriasis leve o por ejemplo una angina de pecho moderada, según algunos especialistas.
Cambiar el habito de vida es fundamental para que no se produzca un desarrollo importante de la enfermedad, pero sobre todo para erradicarla. Llevar una buena alimentación, sana y saludable, a la vez que descendemos el número de horas que estamos ante las pantallas hacen que esta patología se reduzca.
