Las guindillas pueden tener más propiedades beneficiosas de las que nunca creías. Te contamos de qué se tratan
Hay cosas en este mundo que no sabemos, otras que sabemos que no sabemos, pero, sobre todo, hay otras que no sabemos que no sabemos. Y puede que de la que vamos a hablar en el día de hoy pertenezca a este último grupo. Siempre hemos creído que las guindillas son ese aderezo picante con el que algunas personas costumbran a acompañar algunos platos de legumbres, como las lentejas y que, al margen de un extravagante gusto por las especias y la sensación de ligero ardor en el esófago, no existe un motivo de peso para preferir su consumo por encima de otro.
Pues bien, resulta que las guindillas son mucho más beneficiosas para nuestra salud de lo que estimábamos. Y es que, después de la lectura de este artículo, probablemente deseemos con toda nuestras fuerzas incluirlas en la dieta y observar expectantes lo que ocurre. En primer lugar, las guindillas son una importante fuente de antioxidantes, ideales para los deportistas por su capacidad de regeneración celular, lo que permite un desempeño óptimo de los músculos y evita lesiones o desgarros. Asimismo, contribuye al fortalecimiento de los huesos al aumentar la densidad ósea y evitar así esguinces o fracturas, entre otras lesiones de distinta índole.
Además, lo crean o no, la guindilla puede ser efectiva para prevenir la aparición de distintos tipos de cáncer. Esto se debe a que la guindilla contiene entre sus elementos formadores un componente denominado capsaicina, que permite acabar con ciertos tumores muy pequeños al estimular la producción celular de las mitocondrias encargadas de generar células benignas que contrarrestan los efectos de las perjudiciales, contribuyendo así a un mayor bienestar erradicando los posibles tumores que puedan surgir con el paso del tiempo.
El mito se cae
Sin embargo, si por algo tiene interés este artículo es por su carácter revelador, una de esas grandes revelaciones que nos proporciona la lectura concienzuda de artículos académicos en nutrición, respaldados por un sustrato científico y amparados en la supervisión de distintos profesionales del sector alimenticio.
Se trata de las úlceras estomacales. Al contrario de lo que pudiéramos pensar, las guindillas no se encuentran entre sus causantes sino en sus principales pacificadores. La guindilla puede eliminar la bacteria que provoca las úlceras y favorece la buena salud de la flora intestinal.