La dieta mediterránea es muy rica en nutrientes, pero se desprecia este tipo de comida a menudo. Sin embargo, son una gran fuente de ellos.
La casquería, otras veces conocida como “vísceras» o “menudencias”, es el término empleado para describir una variedad de órganos comestibles pertenecientes a animales tales como vacas, cerdos, ovejas y aves. Aunque la casquería fue en un principio una parte valiosa de las dietas culinarias de muchas culturas en todo el mundo, su popularidad disminuyó durante el siglo pasado en algunas sociedades debido a las preferencias alimentos cambiantes y a los estigmas asociados con su consumo. Sin embargo, la casquería ofrece un número de beneficios nutricionales y gastronómicos que la hacen valiosa para una dieta balanceada.
En primer lugar, la casquería es rica en una serie de nutrientes esenciales, incluyendo el hierro, el zinc, la vitamina B12 y las proteínas de alta calidad. Estos nutrientes son esenciales para una función inmunológica óptima, un funcionamiento cognitivo sano, la salud cardiovascular y una producción de la energía adecuada. Además, la casquería tiende a ser menos costosa que otras partes de la carne, ofreciendo una alternativa económica para aquellos que tienen presupuestos limitados.
No solo enriquecen el valor nutricional de diversas recetas, sino que también pueden aportar diversidad y sabor a la dieta. Muchos platos tradicionales de diferentes culturas integran vísceras en recetas sabrosas y reconfortantes, desde el famoso paté de hígado de ternera de Francia hasta el anhelado estofado de riñones de cordero del Reino Unido. En España, por ejemplo, también encontramos platos como los famosos callos o el filete de hígado encebollado. Por otro lado, en México son famosos los tacos de tripas, carnitas o lengua. La casquería ofrece una amplia gama de sabores y texturas que pueden enriquecer cualquier menú culinario.
Es fundamental recordar que un consumo de casquería responsable implica seleccionar productos de alta calidad y asegurarse de que provengan de fuentes éticas y sostenibles. Haciendo esto, no solo podremos disfrutar de los beneficios nutricionales y gastronómicos de la casquería, sino que también estaremos contribuyendo con la lucha contra el desperdicio alimentario de una manera que valora el uso eficiente de los recursos animales.
En resumen, la casquería constituye una valiosa contribución no solo a una dieta equilibrada, sino también a una dieta variada. Aprovechar sus nutrientes y sabores únicos puede mejorar nuestra salud y bienestar, mientras exploramos la riqueza culinaria de las diferentes culturas y tradiciones gastronómicas de todo el mundo.
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