Este producto es básico en la diete de cualquier culturista. Sin embargo, pocos conocen como se producen estos ‘polvos’.
Los polvos de proteínas son uno de los elementos básicos de la escena de fitness y nutrición deportiva, siendo utilizados para ayudar a aumentar la ingesta diaria de proteínas y a apoyar el crecimiento y la recuperación muscular después del ejercicio.
Estos polvos están disponibles en una amplia combinación de sabores y fuentes de proteínas, incluyendo el suero de leche, la caseína, la proteína de soja y proteína de guisante, y su producción está lejos de ser simple. En Dieta.com, te explicamos cómo se fabrican.
La mayoría de los polvos de proteínas comienzan como una mezcla de proteínas que se extraen de fuentes naturales, como la leche o la soja. En el caso del suero de leche, la proteína de suero se separa de suero de leche líquido a través de ser filtrada y microfiltrada.
Elegir las marcas de mayor calidad
Una vez que se obtiene proteína de suero pura, a menudo es secada mediante pulverización, un proceso donde la humedad es removida de la proteína produciendo un polvo suelto y fino que se mezcla fácilmente en líquidos.
Luego de ser secado, el polvo de proteína puede ser sometido a una serie de pasos de producción adicionales que pueden modificar su sabor, textura y perfil nutricional. Estos pasos adicionales incluyen añadir sabores naturales o artificiales, edulcorantes, espesantes o emulsionantes con el fin de satisfacer los deseos del fabricante y del consumidor final.
Es importante tener en cuenta que la calidad y pureza del los polvos de proteína puede variar según el método de fabricación y los estándares de la industria. Algunos pueden contener aditivos innecesarios o ingredientes de baja calidad; otros pueden ser certificados como orgánicos, no transgénicos o libres de gluten.
Al considerar las opciones para polvos de proteína, es importante leer cuidadosamente la etiqueta y buscar un alto contenido de proteína por porción con la menor cantidad de aditivos y rellenos. Se recomienda consultar a un médico o nutricionista para conocer las necesidades individuales de proteínas y determinar el producto más efectivo para alcanzar las metas de salud y bienestar físico.