Si eres una persona preocupada por el cuidado y la imagen de tu jardín, esta técnica podría interesarte. Te contamos en qué consiste
Si eres de esas personas que viven en un chalet espacioso o simplemente en una austera casita apartada del bullicio de la gran ciudad, probablemente cuentes en tu haber con un bonito jardín, un pequeño espacio en el que dar rienda suelta a los designios de la naturaleza, donde las flores se yerguen ufanas para recibir los rayos del sol y donde un gnomo de jardín dirige su pétrea y entrañable mirada a un punto indeterminado del horizonte que se extiende más allá de donde alcanza la vista.
Este jardín, sin embargo, puede sufrir de imprevistos muy indeseados, como algunos visitantes artrópodos de los que ya hablamos en detalle en otras ocasiones, como las larvas y, sobre todo, los saltamontes, esas criaturas aladas y saltarinas que devoran sin miramientos las flores. Sin embargo, a veces no son los insectos os que afean el jardín, sino el propio jardín en sí. La hierba a veces crece tan alta que es necesario reducirla.
Aquí es donde entra en juego el desbroce, es decir, la eliminación de matorrales y maleza que se encuentran en un terreno que no está siendo cultivado. Por lo general, esta actividad se lleva a cabo cuando los primeros retazos de la primavera hacen acto de presencia, pues es durante estos meses cuando la hierba crece con más intensidad y en mayores cantidades. También se puede optar por hacerlo una vez termine el período vernal, pues la lluvia que descargan estos meses también puede provocar un crecimiento alarmante del de que después sea necesario hacerse cargo. En ningún caso se ha de desbrozar en verano, pues se corre el riesgo de lograr un paisaje yermo y seco en el que se marchiten las plantas.
El procedimiento
la mejor forma de desbrozar la hierba es mediante una máquina especializada para ello, que funciona de forma muy similar a como lo hacen otras grandes máquinas destinadas a la jardinería, como una sopladora de hojas o un cortacésped.
La clave para utilizar etas máquinas reside en emplear unos cascos para proteger los oídos del elevado número de decibelios que emite la máquina y de abordar la hierba siempre desde el mismo ángulo para evitar trazados irregulares y dotarla, al final del proceso, de un corte limpio y uniforme.