Hay determinados factores en nuestro día a día que parecen no tener ningún tipo de relación pero que realmente están unidos
En teoría, nada tiene que ver el ritmo vertiginoso al que nos arrastra nuestro día a día con los problemas estomacales. Decimos en teoría porque se ha comprobado que existe una relación y que es la culpable de esas molestias a las que no le encontramos explicación y que ahora tienen respuesta.
La gastritis puede ser consecuencia de ese estrés diario y que hace que se produzca la inflamación en la mucosa gástrica, tan sumamente importante en todo el proceso que conlleva la digestión. Quizás sigas si entender qué tienen que ver, pero en el momento en el que empecemos a detallar el poco tiempo destinado al almuerzo, el uso de alimentos de comida rápida que tiene una incómoda absorción, la manera en la que ingerimos los mimos y un largo etcétera, seguro que vas atando cabos.
Si este modo de vida lo tuviéramos durante una jornada no pasaría nada, nuestro cuerpo asimilaría ese día y lo dejaría pasar, lo malo es cuando se realiza de manera continuada y cambia el hábito, dejando de ser un hábito saludable para convertirse un casi trastorno, todo ello llevado a su máxima expresión que es el estrés.
El estrés no deja de ser una contestación de nuestro organismo para llamar nuestra atención y decirnos que algo no va bien y debemos parar. La manera que tiene de hacerlo es la de dar rienda suelta a hormonas como el cortisol o la adrenalina. Algo que resulta perjudicial cuando no se atiende y se produce de manera continua. De esta forma, afecta a la fisiología de la persona mostrando entre otros aspectos el que hemos nombrado. Las paredes del estómago empiezan a inflamarse y comienza a evidenciarse esta patología.
Lo curioso de esta peligrosa unión es que se retroalimenta, ya que a mayor nivel de preocupación de la persona por ver los síntomas que le están aflorando se produce un mayor estrés. Es en este sentido donde se debe tomar la prevención de evitar grandes niveles de estrés, por un lado, pero también cuidar la dieta para evitar que hábitos de vida poco saludables y comidas que puedan generar malestar en el cuerpo.
Por último, es importante tener una prevención temprana e identificación de los síntomas de esta patología, como así también la de posibles infecciones, para poder incluir un tratamiento lo más rápido posible. Tener una buena asimilación del estrés junto a un buen tratamiento podrá paliar un empeoramiento de la gastritis.
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