Tenemos que atender a los avisos que nos da nuestro cuerpo antes de evitar males mayores y prevenirlos con hábitos saludables que nos ayuden
Realmente no terminamos de ser conscientes de todo el daño que le generamos a nuestro cuerpo y a nuestro organismos con los diferentes excesos a los que le sometemos. Creemos que van a ser un bien eterno y le metemos carga que harían nos lleváramos las manos a la cabeza si fuéramos realmente consciente de lo que supone.
Solo atendemos cuando este dice basta, y casi siempre lo hace con la aparición de un síntoma o alguna patología, y hasta entonces nos atrevemos a desafiar sus límites. Cuando llegamos a este punto es cuando nos reeplanteamos todo lo que nos rodea, los excesos que hemos tenido tanto en comida como en bebidas, la escasa actividad física que hemos realizado o por ejemplo el poco orden del descanso que hemos mantenido.
Pero hay algunas cuestiones que podemos hacer para prevenir y que no lleguemos a este punto tan límite, hábitos que pueden estar al mismo nivel que la alimentación o el deporte.
Todos los seres humanos respiramos, hasta ahí todo correcto, pero ni todos saben respirar y es un tema capital. Lo primero que tenemos que comprender es que debemos respirar por la nariz y no por la boca. De esta manera se producirá una filtración hacia los pulmones, algo que de la otra manera no se realiza. También debemos descender las inhalaciones que tenemos por minutos, así como realizar una expulsión completa del aire en al exhalación.
Tenemos que potenciar nuestro buen humor y practicar más el arte de reír. Son infinidad las investigaciones que señalan que el reír suelta endorfinas, las llamadas hormonas de la felicidad, generando una situación de bienestar. Por ende, estaremos de buen humor y eso canalizará el camino hacia una mejor calidad de vida.
Siguiendo con el tema, cierto es que si prescindimos del siguiente hábito del que vamos hablar no pasaría nada, pero tomar el sol es muy importante para generar vitamina D. Esta incidirá por ejemplo en la absorción de calcio, del que se nutren huesos y músculos.
El estrés diario nos hace que el ritmo no pare en ninguno momento del día, y la hora de la comida no es una excepción. Pero es aquí donde nos debemos de tomar nuestro tiempo para pararnos en realizar una comida relajada, marcada por el tiempo de masticar el alimento, algo que será beneficioso para el sistema digestivo. Además el comer más lentamente ayudará a aquellas personas que están buscando una pérdida de peso. Una masticación lenta proporcionará una sensación de saciedad en el organismo.
Por último, no juegues con el descanso y el sueño y evita el uso de las pantallas antes de irte a dormir. La fuerte emisión de luz puede confundir al cerebro. El libro que está en la mesita de noche es mejor compañía antes de cerrar los ojos.
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