Un estudio ha puesto de manifiesto que la ingesta diaria de café reduce el riesgo de sufrir una recaída en el cáncer colorrectal.
Tomar café diariamente puede contribuir a reducir el riesgo de que el cáncer colorrectal reaparezca, según ha publicado un estudio de la Universidad de Wageningen, de los Países Bajos, publicado en International Journal of Cancer.
El café podría ser un aliado contra el cáncer colorrectal. Eso al menos es lo que sostiene el estudio realizado por la Universidad de Wageningen en el que se afirma que tomar entre tres y cinco tazas de café al día reduce el riesgo de que el cáncer colorrectal vuelva a manifestarse. Esta investigación ha venido a poner más luces sobre descubrimientos anteriores que ya habían relacionado esta bebida con la reducción en la aparición de este tipo de cáncer.
Según Abisola M. Oyelere, del Departamento de Nutrición y de Salud de la universidad neerlandesa, «tomar más de cuatro tazas de café al día, en comparación con una ingesta de menos de dos tazas, se asoció con un riesgo del 32% menor de reaparición del cáncer colorrectal».
Cuatro tazas, la proporción ideal
Así pues, según se detalla en el estudio, la ingesta óptima de café para reducir el riesgo de este cáncer es de cuatro tazas al día. Una cantidad que se deriva de las investigaciones realizadas por los expertos europeos que analizaron 2.113 pacientes de ambos sexos y de todas las edades que sufrían cáncer colorrectal en estadios I y II. «Los resultados obtenidos sugieren que el consumo de café podría estar relacionado con un menor riesgo de recurrencia del cáncer colorrectal así como una menor mortalidad por todas las causas», explica Oyelere.
En cualquier caso, los investigadores han aclarado que aún es pronto para sacar conclusiones categóricas, por lo que es necesario ahondar en el estudio de la aparente relación entre el café y la disminución del riesgo de que reaparezca el cáncer colorrectal. De igual forma, los expertos entienden que la ingesta moderada de café podría mejor los pronósticos de las personas que padecen esta dolencia.
Sea como fuere, habrá que esperar hasta que los investigadores logren descifrar qué posibilidades hay para reducir el riesgo de padecer este tipo (y otros) de cáncer.
