La orina puede presentar colores poco habituales, pero debes ir al médico si aprecias cualquier atisbo de este pigmento en particular
La orina es una de esas sustancias que observamos continuamente en nuestro día a día, desde que abrimos los ojos por primera vez en el día hasta que los cerramos cuando nos vamos a acostar y deseamos conciliar el sueño. A lo largo de tosas esas horas, se suceden constantes visitas al baño, más o menos frecuentes según la cantidad de líquido que tomemos. La mayoría de nosotros ni siquiera reparamos en nuestra orina salvo que tengamos que realizar un análisis o suframos de alguna infección que afecte al aparato excretor.
Sin embargo, los expertos aseguran que debemos revisarla en busca de impurezas, debemos aspirar a que su color tienda a ser traslúcido, puesto que cuanto más agua bebamos, más se decolorará y menos defectos tendrá nuestra excreción de líquidos. Es posible que muchos no se hayan dado cuenta, pero la orina puede presentar colores inusuales que nos obliguen a dar media vuelta y a acudir al médico para que nos diga qué está ocurriendo. Uno de ellos es el fosforito.
Sí, han leído bien. Amarillo fosforito, como el de los subrayadores que emplean los estudiantes y como los chalecos reflectantes que nos ponemos cuando tenemos un accidente en la carretera. Algunas personas han llegado a creer que una araña radiactiva les ha hincado el diente mientras dormían y que, fruto de la picadura, han logrado desarrollar poderes dignos de un superhéroe que se manifiestan en su fase más prematura en la orina. Lamentamos decirles que esta afirmación no puede estar más lejos de la realidad. Por mucho que nos apetezca balancearnos en una telaraña saltando entre los edificios de Nueva York y luchando contra el crimen organizado, lo cierto es que, una vez más, la respuesta está en la comida.
La orina amarillo fosforito no es más que el resultado de haber ingerido una buena cantidad de vitamina B2, presente en una amplia variedad de alimentos como los espárragos, los huevos, algunos cereales y cítricos.
Por tanto, tener la orina de color fosforito tan solo es indicativo de que hemos consumido estos alimentos con bastante asiduidad. Siempre que llevemos una hidratación buena y respetemos la regla de los ocho vasos diarios, no tendría por qué influir en nuestra salud.
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