La margarina siempre se ha presentado como una opción saludable a la mantequilla. Por esto te ha estado engañando
Todos en esta vida hemos sido víctimas de un engaño. Y todo engaño al que hayamos sucumbido implica siempre un grado de confianza depositado en algo, ese algo que creíamos digno de respeto, pero que con el tiempo se aprovechó de la dosis de confianza para salirse con la suya, para decepcionarnos de tal modo que ya nunca volviéramos a confiar en ello. Algunas veces, las más difíciles de digerir, no es algo, sino alguien. Pero otras muchas veces la culpa recae sobre un objeto cotidiano, sobre un alimento.
Y sí, nos estamos refiriendo ene este caso a la margarina, la supuesta alternativa saludable a la mantequilla por estar elaborada a base de grasas vegetales en lugar de grasas animales como es el caso de su hermana. O, al menos, esa es la imagen que nos han vendido. Lo cierto es que la margarina tiene sabidos beneficios para nuestro organismo, como la presencia en su composición de omega 3, un componente que también está contenido en el pescado azul y que asegura el correcto funcionamiento del aparato circulatorio por sus propiedades vasodilatadoras y por su capacidad de reducción de la presión arterial.
Además, contiene una amplia variedad de minerales, entre los que se encuentran el calcio, el potasio, el yodo y el cinc, todos ellos grandes aliados del sistema óseo y el muscular en tanto que contienen una gran cantidad de antioxidantes que regeneran los tejidos perdidos durante el ejercicio físico y evitan problemas asociados a estos, como los desgarros, los calambres, las fracturas, las lesiones o los esguinces. Además, la vitamina K presente en su composición también ayuda a una correcta coagulación de la sangre en el caso de que se abran heridas en la piel.
Sin embargo, la margarina también tiene una serie de inconvenientes por los que es necesario extremar la precaución y ser moderados a la hora de consumirla. Entre ellos se encuentra su elevado aporte calórico, lo que la convierte en una opción poco recomendada a la hora de adelgazar.
Aunque el omega 3 permite mantener una buena circulación sanguínea, el consumo excesivo de margarina puede provocar una subida en los niveles de colesterol, lo que aumenta el riesgo de sufrir enfermedades cardíacas como infartos, taquicardias y similar. Así pues, debe evitarse su ingesta en la medida de lo posible y sustituirla por alimentos más saludables. Por ejemplo, si la empleamos en las tostadas, estas pueden aderezarse con jamón cocido y queso fresco en su lugar.
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