La brisa marina es muy beneficiosa para tu salud. Te contamos los beneficios que puede proporcionarle a tu organismo si la respiras
El ser humano vive a base de recuerdos, ya sea componiéndolos en torno a una mesa con amigos, entre las carcajadas de sus familiares más cercanos o logrando un objetivo muy difícil de cumplir por el que se ha peleado durante largo tiempo, o bien, evocando esas mismas vivencias y rememorándolas en compañía o en solitario. El recuerdo de algo triste es igualmente triste porque ya hace tiempo que se desvaneció, pero el recuerdo de algo feliz, en determinadas circunstancias, también puede llegar a ser triste por el mismo motivo.
En cualquier caso, la playa y las sensaciones que transmite ayudan a remover nuestro interior y a que saquemos a relucir estos recuerdos de la mejor manera posible. Uno de los ingredientes secretos en la fórmula aún más secreta de la playa para producirnos esta sensación es la brisa marina, responsable en gran parte de todo lo que sentimos cuando nos acercamos a la costa. Estos son algunos de los beneficios que la brisa marina puede tener en tu organismo.
El primer efecto notorio es aquel que surte sobre el tejido cutáneo y subcutáneo, en otras palabras, sobre la piel. La brisa marina restablece el PH de la piel o, lo que es lo mismo, los niveles de acidez de esta, lo que podría prevenir la aparición de determinadas dolencias como sarpullidos o erupciones que resultan molestas pues escuecen y, a la hora de rascarnos, podríamos provocarnos cortes o heridas de distinto tipo.
Además, la brisa marina es uno de los mejores desinfectantes bactericidas que existen al actuar directamente contra los microorganismos que inciden sobre los ojos y provocan conjuntivitis y otras dolencias como picor desagradable en algunos casos.
La salud mental
Asimismo, la brisa marina tiene efectos directos sobre nuestra salud mental, pues nos permite relajar el cerebro y liberar endorfinas. Esto se debe a que la playa es un potente efecto placebo que está firmemente vinculado a un descanso vacacional y, por tanto, despide diversas hormonas de la felicidad.
Finalmente, es un excelente remedio para combatir el insomnio en tanto que pasear cerca de la costa requiere de un esfuerzo físico que, al final del día acaba traduciéndose en un cansancio que facilita y favorece el descanso y la conciliación rápida del sueño.