Hay factores que afectan a nuestro descanso y se encuentran en nuestro cuerpo, otros están fuera de él y tenemos que prevenirlos
Gran parte de la población tiene problemas para conciliar el sueño, en un porcentaje que se acerca al 50 por ciento. Un hecho que no solamente ocurre con los adultos porque una importante parte dentro del segmento infantil también tiene problemas a la hora de ir a la cama.
Podemos destacar tres puntos que indican que un individuo tiene carencias en el descanso. Se trata de la duración de este, de la continuidad que tiene y de la profundidad que alcanza. Tener poco tiempo para el descanso y que además no sea reparador es algo que no debemos dejarlo pasar porque puede afectar a muchos factores de nuestro organismo.
Tener una buena calidad en nuestro sueño es esencial para el descanso. Es la manera que tiene el cuerpo de reponer fuerza y es fundamental para que tengamos la energía suficiente al siguiente día. Hay personas que por sus propias necesidades tienen suficiente con cinco horas de sueño para rendir de forma adecuada, entran dentro de los patrones cortos. Por el contrario, hay otros individuos que necesitan más de ocho horas por lo que se clasifican dentro de los patrones de sueño largo.
Las desventajas de no dormir bien son importantes y generan efectos negativos en el día a día. El primero es el cansancio que nos produce, que puede derivar rápidamente en mareos y fatiga, a corto plazo, problemas en la concentración y en la memoria, a medio plazo, y enfermedades importantes, sobre todo a nivel mental, a largo plazo. Y es que muchos de los casos de depresión están relacionados con patologías en el sueño.
Hay determinadas situaciones que hacen que no podamos conciliar el sueño de la manera que queremos y nos convine. Estas causas pueden provenir de enfermedades en el sistema inmune, en el sistema digestivo o en el sistema cardiovascular. Pero hay otras, las ambientales, que son las que no se encuentras en nuestro organismo y que también pueden generarnos insomnio. Un ruido, el frío o calor de la habitación o el estado del colchón. También está el problema de los alimentos que nos llevemos a la boca antes de irnos a la cama, que hacen que tengamos una digestión pesada que no nos deje descansar.
Y es que hay estudios que determinan que se encuentran bacterias en los intestinos pueden hacer que no tengamos un buen descanso. Algo que debemos sopesar a la hora de encontrar una respuesta a los porqués no descansamos adecuadamente. Esto se une también a los cambios que puede tener nuestro sueño si trabajamos intercambiando turnos de trabajo. Esta razón también puede alterar nuestro descanso. Ya se ha comprobado que afecta al peso y a la aparición de enfermedades y puede tener también incidencia en el descanso.
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