Esta deliciosa receta es perfecta para conseguir compartir una divertida comida familiar
Las patatas gratinadas con bechamel son un clásico de la cocina que nunca pasa de moda. Esta deliciosa receta combina la cremosidad de la bechamel con la textura suave de las patatas, creando un plato irresistible que es perfecto para compartir en familia o disfrutar como guarnición en cualquier ocasión. Si estás buscando una receta fácil y deliciosa para impresionar a tus seres queridos, esta es la opción perfecta.
Para realizar esta receta necesitaremos los siguientes ingredientes: un kilogramo de patatas, peladas y cortadas en rodajas finas, 50 gramos de mantequilla, 50 gramos de harina, 500 ml de leche, sal, pimienta al gusto, nuez moscada al gusto (opcional), 100 gramos de queso rallado (puedes usar Gruyère, Emmental, Cheddar o cualquier queso de tu preferencia) y perejil fresco picado para decorar (opcional).
Precalienta el horno a 200°C (390°F). Engrasa ligeramente una fuente para horno con mantequilla o aceite en aerosol. Lava, pela y corta las patatas en rodajas finas y reserva. En una cacerola, derrite la mantequilla a fuego medio. Una vez derretida, agrega la harina y mezcla bien para formar una pasta. Cocina la mezcla durante un par de minutos, revolviendo constantemente, para cocinar la harina.
Vierte la leche gradualmente sobre la pasta, mientras revuelves constantemente con un batidor para evitar la formación de grumos. Continúa cocinando la mezcla hasta que espese y adquiera una consistencia cremosa. Condimenta con sal, pimienta y nuez moscada al gusto.
Coloca una capa de rodajas de patata en el fondo de la fuente para horno. Vierte una capa de bechamel sobre las patatas y espolvorea con una porción de queso rallado. Repite este proceso hasta que todas las patatas y la bechamel hayan sido utilizadas, terminando con una capa de queso rallado en la parte superior.
Cubre la fuente para horno con papel de aluminio y hornea durante aproximadamente 30 minutos. Luego, retira el papel de aluminio y continúa horneando durante otros 15-20 minutos, o hasta que las patatas estén tiernas y el queso esté dorado y burbujeante.
Una vez que las patatas gratinadas estén listas, retira del horno y deja reposar durante unos minutos antes de servir. Espolvorea con perejil fresco picado para darle un toque de frescura antes de disfrutar de este delicioso plato.
Las patatas gratinadas con bechamel son un plato reconfortante y delicioso que es perfecto para cualquier ocasión. Ya sea como plato principal acompañado de una ensalada fresca o como guarnición junto a tu carne o pescado favorito, esta receta seguramente será un éxito entre tus seres queridos.
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