Acompaña el solomillo con una deliciosa salsa que hará de este el plato estrella en tu casa
En el mundo culinario, hay combinaciones de sabores que simplemente se complementan a la perfección. Una de estas mezclas exquisitas es la deliciosa combinación de miel y mostaza. Cuando se combina con un tierno solomillo de carne, el resultado es una explosión de sabor que deleitará los paladares más exigentes.
Para elaborarlo necesitaremos cuatro solomillos de ternera, sal, pimienta, dos cucharadas de aceite de oliva, dos dientes de ajo picados, 1/4 taza de miel, dos cucharadas de mostaza Dijon, una cucharada de mostaza antigua (granos enteros), 1/2 taza de caldo de carne, dos cucharadas de mantequilla y perejil fresco picado para decorar (opcional)
Elaboración
Comienza por sazonar los solomillos de ternera con sal y pimienta al gusto en ambos lados. Asegúrate de que estén a temperatura ambiente antes de cocinarlos.
Calienta una sartén grande a fuego medio-alto y agrega el aceite de oliva. Cuando el aceite esté caliente, añade los solomillos y cocina durante unos 3-4 minutos por cada lado, o hasta que estén dorados por fuera y cocidos a tu gusto por dentro. Retira los solomillos de la sartén y déjalos reposar mientras preparas la salsa.
En la misma sartén, agrega los dientes de ajo picados y cocínalos durante unos 30 segundos, o hasta que estén fragantes. Añade la miel y las dos mostazas (Dijon y antigua) y mezcla bien para combinar los sabores.
Vierte el caldo de carne en la sartén y remueve para combinar. Deja que la salsa hierva y luego reduce el fuego a medio-bajo. Cocina la salsa durante unos minutos, revolviendo ocasionalmente, hasta que espese ligeramente.
Una vez que la salsa haya reducido y tenga la consistencia deseada, agrega la mantequilla y revuelve hasta que se derrita y se integre completamente en la salsa. Regresa los solomillos a la sartén y cubre cada uno con la salsa de miel y mostaza. Cocina durante un par de minutos más, cubriendo los solomillos con la salsa y calentándolos nuevamente.
Una vez que los solomillos estén calientes y la salsa se haya espesado, retira la sartén del fuego. Sirve los solomillos con una generosa cucharada de salsa por encima. Espolvorea un poco de perejil fresco picado para decorar si lo deseas.
Un plato impresionante y lleno de sabor que seguramente se convertirá en un favorito en tu recetario. Este Solomillo con Salsa de Miel y Mostaza es perfecto para una cena especial o para impresionar a tus invitados en cualquier ocasión. Con su combinación perfecta de dulzura, picante y ternura, cada bocado es una experiencia culinaria que no olvidarás.