A pesar de ser muy consumidas en Semana Santa, siempre es un buen momento para disfrutar de unas rosquillas. Te damos aquí la receta.
Es cierto que las rosquillas suelen relacionarse más con la época de Semana Santa. Sin embargo, cada vez son más las personas que prefieren disfrutar de este postre dulce durante todo el año. Comer rosquillas en el verano, en diciembre o en el otoño. Da lo mismo. Siempre es un buen momento para darle un gusto grande al paladar.
Encima, preparar rosquillas en tu hogar es muy sencillo. Ni siquiera tienes que comprarlas en el supermercado. Son más ricas y más sanas las rosquillas caseras. En este artículo, te enseñamos cómo elaborarlas en tu casa. Te dejamos una receta completa, con los ingredientes que necesitas y un paso a paso para que no te pierdas.
La receta para preparar las rosquillas de Semana Santa en tu hogar
Primero tenemos que saber cuánto tiempo nos demorará esta receta, así calculamos bien el horario en la cocina. Preparar las famosas rosquillas nos llevará aproximadamente una hora o un poquito más, depende de la técnica. Puede ser también una hora y 15 minutos, pero no mucho más. ¿Qué ingredientes necesitamos? Si pensamos raciones para diez personas, debemos tener a mano lo siguiente: dos huevos, 750 gramos de harina, 200 gramos de azúcar, 250 mililitros de leche entera, 100 mililitros de aceite de oliva, un sobre de levadura, 60 mililitros de anís, ralladura de un limón, sal, aceite de girasol para freír y más azúcar para rebozar.
El primer paso para esta elaboración es coger un bol y romper ahí los huevos, agregando luego el azúcar. Empezamos a batir con la intención de que esa mezcla blanquee y el volumen vaya aumentando. Luego sumamos un poco de sal, el aceite bueno, el anís, la ralladura de limón y la leche. Y seguimos batiendo bien.
El segundo paso consta de mezclar la mitad de la harina con la levadura y agregarla posteriormente a la otra mezcla. Después vamos añadiendo el resto de la harina con el objetivo de formar una masa espesa, de esas que son difíciles de remover.
El tercer paso es verter la masa sobre una superficie y la vamos moviendo hasta obtener una buena consistencia. Si ya lo logramos, la dejamos reposar durante diez minutos aproximadamente, cubriéndola con un paño limpio.
El cuarto paso es formar las figuras de las rosquillas. Acá se puede jugar un poco. Luego, lo más sencillo: calentar aceite de girasol en una sartén a fuego lento e insertar las rosquillas, buscando que queden doradas de ambos lados. Una vez que lo conseguimos, las colocamos en un papel absorbente para quitar el exceso de grasa y, mientras siguen calientes, las rebozamos con azúcar.
Detalle: las rosquillas se recomiendan comer frías.